En la carta de hoy converso con mi mi abuela, en mi apartado del “Escondite de las Ranas”. Mi abuela creció en un pueblito de pequeño de Salamanca. Allí pasó su infancia hasta que se fue, a lo que para ella era en esos entonces, la gran ciudad: Béjar. Creció, se casó y crio a sus cuatro hijos.
Nos cuenta cómo se aferró a su religión para sobrevivir a la multitud, nos habla de sus paseos de cortejo por la calle mayor, de su sentido y obsesionado control por mantener a la familia unida, de su mes de las flores al que rezaba su padre, de sus juguetes en el campo y de su Virgen del Castañar.
Mi abuela tiene 89 años, una nieta que le hace preguntas en una salita de estar, amenizada con el cuco que su marido, mi abuelo, Juan Luis Parra, colocó para medir el tiempo. El tiempo desde que están juntos es una vida, y las generaciones que vienen detrás llevan el compás de ese reloj tatuado en la nuca.
He decidido subir los episodios, alternando mis cartas semanales de
Podéis escuchar el episodio en Spotify si os resulta más cómodo: Escondite de las Ranas
En mi última carta cuento qué está ocurriendo en mi vida ahora: Carta de una duermevela
Con amor:
desde @poesiabelsa, con Isabel Pamo al habla.
3# ¿Y cómo has conseguido eso abuela? Queriendo - Isabel Mercedes